En casa tenemos una alta cantidad de aparatos eléctricos que utilizamos a diario. En ocasiones no somos conscientes de la importancia tan vital que tiene la electricidad en nuestras vidas. Mucha gente opta por ladrones o multiplicadores para no tener que utilizar varias tomas de luz. Sin embargo, una solución más limpia y segura es abrir un punto de luz en el sitio que necesitemos.
Con un poco de cuidado y atendiendo a los siguientes pasos, puedes abrir un punto de luz sin mucho trabajo.
En primer lugar hay que desconectar el cuadro de luz para evitar correr riesgos mientas manipulamos la instalación. A continuación hay que marcar en la pared el lugar donde vas a instalar el punto de luz.
Para asegurarte de que en la zona no hay cables ni tuberías que pueden quedar dañadas tras la pequeña obra, pasa un detector de metales por la zona.
El trabajo más físico comienza con hacer un hueco en la pared con la ayuda de un cincel y un martillo. Es recomendable utilizar guantes para no resultar dañado. Cuando el hueco en la pared esté hecho, aprovecha los agujeros de los ladrillos como guía para pasar el trozo de tubo corrugado.
A continuación tomamos la medida con el tubo guía y marcamos el punto donde vamos a picar. Así es más sencillo localizar los puntos de masa entre ladrillos y conocer con más exactitud cuáles son los puntos donde hay que picar.
Una vez hecho el hueco del enchufe, introducimos un nuevo tubo corrugado y volemos a la regleta que sale de la caja de registro para pasar los cables por ahí. Pasa los cables a través del tubo corrugado hasta llegar al tubo que has colocado. De ese modo, los cables llegan hasta el nuevo punto de luz.
Para finalizar únicamente tendrás que colocar el interruptor o el enchufe con sus cables correspondientes en la nueva instalación.